AGUIRRE, FRANCISCA
La poesía de Francisca Aguirre se construye en la restitución del tiempo humano, en la articulación de una relación plena entre palabra y memoria que evita los elementos sublimadores o trascendentes para situar la plenitud precaria de la vida (de una vida, de todas las vidas) en el centro mismo del lenguaje. Su obra cuestiona el tiempo de los mitos para prestar atención al de la mujer que testimonia, de modo firme y doloroso, su vivir en la historia reciente. Lo que leemos son palabras duras, palabras en las que están adheridos restos de huesos, de cartílagos, de tierra y raíces muertas, de escombros y cicatrices de la infancia, de la paleta completa de colores y sonidos del pintor o del músico, del deseo y las conchas de animales que el mar desprendió por la fuerza del oleaje de su primera trabazón. Palabras regadas con sangre. Vivas. Voraces.Verdaderas. María Ángeles Pérez López (del prólogo)
Autora de once libros de poemas, aparte de antologías y recopilaciones, en su obra destaca su tardío debut (Ítaca, publicado cuando su autora contaba con cuarenta y dos años), Pavana del desasosiego o Historia de una anatomía (por el que recibió en 2012 el Premio Nacional de Poesía). Es autora también del libro de cuentos Que planche Rosa Luxemburgo y de los recuerdos recogidos en Espejito, espejito. En 2018 gana el Premio Nacional de las Letras que otorga el Ministerio de Cultura y Deporte.