WANG, MAESTRO
Las lámparas en cristal de sal no son un agradable adorno más o menos de moda, son verdaderas fuentes depuradoras del ambiente, limpieza del alma y protección del organismo, pero no se quedan allí, también son excelentes compañeras para la reflexión y la meditación. La formación de la sal del Himalaya, una de las más puras del planeta, se remonta a 250 millones de años, a una época en que los océanos cubrían una gran parte de la tierra. En los viejos textos ayurvédicos ya se habla de las virtudes de la sal y desde tiempos muy remotos el Feng Shui informa de sus particularidades curativas: asma, sinusitis, alergias, y un largo número de dolencias respiratorias. El Maestro Wang, autor de 100 ideas para mejorar su casa con el Feng Shui, nos desvela sus secretos, al tiempo que hace un curioso repaso de sus propias creencias e ideas como monje zen tradicional, al más puro estilo de aquellos monjes que poblaron Asia mucho antes de la aparición del budismo.