Este artículo es una de las radiografías más agudas e irreverentes de la cultura americana de fin de siglo, en la que se entremezclan la familiaridad, el asombro y una mordacidad descabellada. Foster Wallace elabora enAlgo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer una postal gigantesca basada en su experiencia en un crucero de lujo por el Caribe. Lo que a primera vista parece ser un simple viaje «para relajarse», en manos de un humor delirante y un cinismo corrosivo acabará convirtiéndose en el horror más absoluto. Foster Wallace reflexiona sobre la presión para relajarse y disfrutar y cómo las indulgencias del viaje le llevan a una introspección autoflagelante.La crítica ha dicho...
«La obra de no ficción más brillante y divertida que se ha escrito en los últimos años.»
John Glassie, Time Out New York «Animado por una prosa maravillosamente exuberante [...] este volumen confirma al señor Wallace como uno de los talentos más destacados de su generación.»
The New York Times«Wallace escribe con una intensidad que transforma un reportaje errático en una forma sui generis de filosofía.»
Kirkus Reviews «Su instinto para reproducir lo coloquial avergonzaría a maestros como Pynchon y DeLillo, y la sobriedad humana que confiere a sus temas, de ficción o de no ficción, deberían ser un modelo para cualquiera que escriba crítica cultural, tanto en la forma de relatos como en ensayos como estos.»
Publishers Weekly
David Foster Wallace (Ithaca, 1962 - Claremont, 2008) fue escritor de novelas, relatos y
ensayos, así como profesor de escritura creativa en el Pomona College de Claremont, en California. En 1996, con treinta
y cuatro años, publicó Infinite Jest, una obra que lo consagró entre la crítica y los lectores, y que la revista Time
consideró una de las cien mejores novelas en lengua inglesa del periodo entre 1923 y 2005. En 2008, tras una prolongada
depresión, Wallace se suicidó en su casa y fue hallado por su mujer. Entre sus obras traducidas a nuestra lengua se
cuentan La niña del pelo raro, Algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer, La broma infinita o La escoba
del sistema.