MARÍA CONCEPCIÓN MONGE CRESPO
Tanto en España como en el resto de la Unión Europea, educadores, familias y agentes sociales coinciden en el papel relevante de los servicios de Orientación. Son la pieza clave para detectar a tiempo cualquier problemática educativa o personal en los alumnos y asesorar al profesorado y a las familias. Es cada vez más importante también la intervención orientadora para prevenir dificultades de aprendizaje, anticiparse a ellas y evitar en lo posible fenómenos tan indeseados como el abandono, el fracaso o la inadaptación escolar. Por otra parte, el orientador desempeña un papel fundamental al ayudar al alumno en sus tomas de decisiones respecto a itinerarios académicos y profesionales.
Inició su andadura profesional en el año 1981, y a partir de entonces conjugó su trabajo en centros de Zaragoza con su constante formación. Licenciada en Pedagogía y doctora desde 1988. En 1990 entró a formar parte de los Servicios de Orientación de la Diputación General de Aragón y desde 1999 forma parte de los profesores de la UNED en Calatayud, donde poco a poco va colaborando con el Departamento de Didáctica y Organización escolar (UNED, Madrid) en publicaciones, cursos de verano, proyectos de I+D y diversos estudios de investigación.También ha participado en la universidad de Zaragoza en investigaciones y como profesora asociada. Es autora de numerosas publicaciones.