La filosofía actual no ha surgido de la nada, sino de obras que se fraguaron en las últimas décadas del siglo XIX. Una de ellas es la sorprendente Psicología desde el punto de vista empírico (1874), escrita por Franz Brentano.
Las lecciones de aquel joven profesor de la Universidad imperial de Viena influyeron a través de sus alumnos en algunas de las principales corrientes de pensamiento del siglo XX, como la Escuela de Berlín de psicología experimental, la Escuela de Graz de psicología de la Gestalt, la Escuela de lógica de Lviv-Varsovia, la Teoría del lenguaje de Marty y Bühler, el Psicoanálisis y la Fenomenología. Baste señalar que Edmund Husserl y Sigmund Freud reconocieron el fuerte influjo que ejerció en ellos la enseñanza de Brentano.
La clave de su fecunda originalidad reside en haber descrito de manera adecuada el conjunto del vivir humano sin reducirlo al plano fisiológico. Según Brentano, el punto de partida es la experiencia de los fenómenos psíquicos, que son el verdadero objeto de la psicología y lo constitutivo de la actividad de la conciencia humana. Solo a partir de ellos resulta posible proceder a la objetivación y conceptualización de lo real.
En una época como la actual, en la que los distintos métodos basados en la ciencia corren el peligro de reducir todo a mera naturaleza cuantificable, este libro de Brentano resuena como una advertencia y una promesa: afirma que no es posible disolver la auténtica psicología en simple fisiología y recuerda que, en la complejidad de su misterio, lo propiamente humano desborda siempre cualquier pretensión de controlarlo.
Franz Brentano (1838-1917) fue un destacado profesor de filosofía y psicología en la Universidad de Viena. Además de esta obra fundamental, escribió importantes estudios dedicados a Aristóteles (en especial, Sobre los múltiples significados del ente según Aristóteles) y sobre lógica y ética basadas en su nueva psicología.
Franz Brentano (1838-1917) es acaso el mayor de los pensadores germanos del tránsito del siglo XIX al XX. Defensor de un empirismo de corte aristotélico frente a las pretensiones de la filosofía del idealismo alemán, con su Psicología desde el punto de vista empírico quiso sentar las bases de una verdadera psicología y filosofía científicas. Su dilatada enseñanza, primero en la Universidad de Wurzburgo y luego en la de Viena, ejerció además un decisivo influjo en varias de las figuras más notables de la filosofía posterior, como Carl Stumpf, Anton Marty, Thomas Masaryk, Kasimir Twardowski, Edmund Husserl o Alois Meinong, que lo reconocieron como maestro hasta su muerte, acaecida en Zúrich durante la gran guerra.