Nikolás no gana para sustos: sí, ya está en España, pero ahora resulta que tiene que ir a Madrid, donde Ricardo, un tío que apenas conoce, le está esperando. El problema es que si hay alguien despistado, desordenado y metepatas en este mundo, ése es Ricardo. La última que ha hecho es perder el objeto mágico de Nikolás, que cae en las sucias manos de Morris, miembro de una banda de mafiosos que tiene muy claro qué hacer con el objeto. Nikolás y sus amigos deben darse prisa si no quieren que Morris y sus compinches se salgan con la suya.
