Fechados en 2016 y 2017, los nuevos poemas en castellano de Pere Gimferrer surgen a la vez de una radical voluntad innovadora, presente en su poesía desde los inicios, y de una profunda familiaridad con la tradición poética española y universal, a la que el autor se enfrenta en versos quintaesenciados, densos, flameantes, llenos de imágenes poderosas, guiños en múltiples direcciones y una audacia verbal característica. Claridad alcanzada que se desprende de la escoria alegórica, y que, tras ser tornado, vendaval y mascarada, vuelve al espacio desierto para convertirse en una ciudad alejada de la tierra, erigida en las llamas que sostendrán la Llama. Imagen pura, surgida libre y alta en cada verso, que crepita y estalla en las sinestesias, que resuena en el ritmo de las costuras internas. Como un diamante que permanece vivo en la coda final, donde una noche cerrada y transatlántica (hasta en sus llamas) evoca la fuente que mana y corre, aunque sea de noche, para nutrir la sempiterna llama de la poesía. (Aurora Egido)
Pere Gimferrer nació en Barcelona el 22 de junio de 1945. De su producción literaria en castellano cabe destacar los libros de poemas Arde el mar (1966), que fue Premio Nacional de Poesía, y La muerte en Beverly Hills (1968) y los volúmenes ensayísticos Lecturas de Octavio Paz (1980), Los raros (1985) y Cine y literatura (última edición, Seix Barral, 2000). Su producción en catalán, iniciada en 1970, comprende entre otros libros en prosa, Dietario, editado en castellano en Seix Barral, la novela Fortuny (Planeta, 1983), Premios Ramon Llull y de la Crítica, y en verso L´espai desert (1977), El vendaval (1988), por el que obtuvo por segunda vez el Premio Nacional de Poesía, y Mascarada (1996). En 1985 fue elegido y tomó posesión de la plaza de número de la Real Academia Española vacante por el fallecimiento de Vicente Aleixandre. En 1998 obtuvo el Premio Nacional de las Letras Españolas por el conjunto de su obra, y en 2000 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana.