BAUMAN, ZYGMUNT
La modernidad se propuso eliminar lo accidental y lo contingente. Por su parte, la sociología, ella misma una ciencia moderna, se propuso descubrir cómo el ejercicio de la voluntad individual daba lugar a la creación de regularidades, normas y patrones comunes. Empeñados en develar el enigma del "efecto de la realidad social", los sociólogos no pudieron sino descubrir en el poder legítimo y soberano del estado-nación la condición necesaria y suficiente, el "locus" de la integración social y de su reproducción.
Hoy la sociedad está sitiada, el estado-nación sufre un doble acoso: el de la globalización y el de la biodiversidad; ambas corroen las fronteras que la modernidad había considerado sólidas e infranqueables. Las instituciones políticas, confinadas territorialmente y ligadas al suelo, son incapaces de hacer frente a la extraterritorialidad y al libre flujo de las finanzas, el capital y el comercio. La velocidad reduce las distancias hasta tomarlas insignificantes y ya no es posible levantar muros tras los que sentirse a salvo.
Se habla de la "desaparición de la sociedad", y cualquiera que sea la "totalidad" que se imagine en su lugar, esta se compone de un mosaico de destinos individuales sin vínculos con las acciones colectivas. ¿Es posible, entonces, seguir pensando sociológicamente?
Zygmunt Bauman creyó que sí. Pero para ello es necesario desarmar primero los marcos conceptuales que dieron cuenta de la modernidad y comenzar a diseñar los trazos de las nuevas experiencias humanas. Esta búsqueda sustituye la materia de una de las reflexiones más originales y audaces de nuestro tiempo.
Zygmunt Bauman nació en Poznan, Polonia, en 1925. Tras la invasión
nazi, su familia se refugió en la zona soviética y Bauman se alistó en el
ejército polaco, que liberaría su país junto a las tropas soviéticas. Fue
miembro del Partido Comunista hasta la represión antisemita de 1968; la
consiguiente purga le obligó a abandonar su puesto como profesor de filosofía y
sociología en la Universidad de Varsovia. Desde entonces ha enseñado sociología
en Israel, Estados Unidos y Canadá, y es profesor emérito en la Universidad de
Leeds. Autor de una obra abundante, en la que destacan libros fundamentales de
la sociología contemporánea como Modernidad
y holocausto o Modernidad líquida,
Bauman ha alcanzado en estos últimos años el reconocimiento que merece un
intelectual de su talla y trayectoria. Ha sido galardonado con el Premio Amalfi
de Sociología y Ciencias Sociales (1992) y el Theodor W. Adorno (1998).