SWIFT, JONATHAN
Esta tradición no se apoya en la originalidad del argumento ni tampoco en la calidad del ingenio, sino en lo lejos que el creador está dispuesto a llegar para neutralizar la monotonía de un libro de instrucciones, por ejemplo, o la calidad de la observación de las cosas pequeñas, la descarada elección de detalles. «Nunca envíes a la mesa un muslo de ave», recomendaba Swift a la cocinera en este libro, «mientras haya un perro o gato en la casa a los que se pueda acusar de haber huido con él». Hasta ahí, todo bien; razonable y plácidamente subversivo, pero en la siguiente frase la lógica de Swift se desboca de forma maravillosa. «Si no hay ni uno ni otro, debes culpar a las ratas o a un extraño galgo». El extraño galgo, con la ayuda de las ratas, aparece para arrancar la frase de las aburridas y encomiables fauces de la sátira y tragársela en un festín de misterio y disparate. Es un golpe de genio, de los que abundan en muchas frases de Instrucciones a los sirvientes. Colm Tóibín
Jonathan Swift (Dublín, 1667?1745) cursó estudios en el Trinity College y se ordenó sacerdote anglicano en 1695 tras una fallida experiencia como diplomático profesional en Inglaterra. Aunque inicialmente se alineó ideológicamente con el partido liberal, sus importantes diferencias de criterio con sus compañeros de filas lo llevaron a militar en el partido tory (conservador), cuando éste logró el poder en Inglaterra en 1710. En 1713 fue nombrado deán en la catedral de San Patricio, en Dublín. Los años siguientes, hasta que perdiera sus facultades físicas y psíquicas en el último lustro de su vida, están marcados por un sentimiento de soledad y amargura personal cada vez mayor, en contraste con una fama literaria creciente y con una inmensa popularidad como defensor de la causa irlandesa. Su epitafio, escrito por él mismo, reza: «Aquí yace el cuerpo de Jonathan Swift, déan de la catedral, en un lugar en que la ardiente indignación no puede ya lacerar su corazón. Ve, viajero, e intenta imitar a un hombre que fue un irreductible defensor de la libertad.»