«Es Agustín Rivera heredero y continuador de los grandes cronistas del periodismo español [
] Es un libro compuesto, con mucha naturalidad, de acumulación de testimonios muy al estilo de Svetlana Alexiévich, la Premio Nobel».
Sergio del Molino
En Hiroshima, la angustia de las víctimas de las bombas atómicas,los hibakusha, se mezcla con la compasión y cierta dosis de ternura.
Es el relato de sus vidas en las dos ciudades japonesas, convertidas en símbolos de la paz, justo cuando regresa el miedo global a las armas nucleares.
A través de entrevistas, y de su experiencia en Japón como corresponsal, Agustín Rivera recoge las voces, en primera persona, de las víctimas de una tragedia que marcó su existencia para siempre.
La maestría del autor como reportero en sus reportajes en Hiroshima y Nagasaki, y las fotografías de Toñi Guerrero incluidas en este volumen, sumerge al lector en una experiencia de incalculable valor humano y periodístico.
Una obra para descubrir el ruido eterno de los muertos y la capacidad de superación, sin olvidar que somos memoria.
Agustín Rivera, Málaga, cosecha del 72, supo a los cinco años que sería periodista cuando escuchó a unos señores por la radio cantar goles. «Papá, yo quiero ser como ellos». «¿Futbolista, hijo?». «No, los que están al lado de los futbolistas». No sabía que ese oficio que no sabía nombrar le llevaría a estar treinta años trabajando en periódicos: Diario 16, El Mundo, donde fue corresponsal en Japón, y El Confidencial. Ha sido enviado especial a quince países de cuatro continentes. Doctor en periodismo, enseña su vocación y alienta las carreras de futuros reporteros en la Universidad de Málaga. Es devoto de Leila Guerriero, Tom Wolfe y Chaves Nogales. Hiroshima, testimonios de los últimos supervivientes es su cuarto libro de no ficción.