El presente libro aborda la problemática de la ciudadanía analizada en el contexto actual y en su impacto sobre las distintas dimensiones de la vida social y personal. La instalación hegemónica del modelo neoliberal, que parecía haberse articulado sin mayores fricciones con la democracia representativa, terminó generando un orden en el que emergen una gran diversidad de conflictos y tensiones. Lejos de acercarse a los ideales de igualdad y libertad, gran parte de las democracias occidentales parecen haber tomado un rumbo que, en mayor o menor medida, consolida y profundiza las desigualdades sociales, condena a la marginación a diferentes niveles de la vida política, facilita el acceso al poder a grupos oligárquicos, hipoteca y malgasta los bienes del Estado y constriñe los espacios de participación y deliberación, excluyendo de las negociaciones y de la construcción de acuerdos a amplios sectores de la sociedad, devalúa y deprecia el rol de la ciudadanía y la opinión pública. Por su parte, la economía globalizada ha creado una cultura híbrida, superficial y mercantilizada que ha conducido a una acuciante pérdida de sentidos, al debilitamiento de las identidades individuales y colectivas, al resquebrajamiento de los sistemas tradicionales de integración social y a una agudización de la vulnerabilidad social. Este escenario tan fuertemente crítico, nos desafía a pensar y construir alternativas que nos permitan avanzar más allá de la perplijidad y la indignación moral. Y todo indica que tales alternativas, si quieren producir una ruptura sensible con los procesos anteriores, sólo podrán provenir de las instancias públicas de realización y ejercicio de la soberanía popular. Es necesario recuperar el impulso cívico, como un elemento de consolidación de la vida democrática, en relación a cuantos parecen quedar, no ya en los márgenes de la forma de vida de una plena ciudadanía, sino desinteresados por asimilarse a unas prácticas cívicas comprometidas por una visión del mundo que desintegra más cosas que recompone.