¿Son realmente los EEUU la potencia mundial? Dada la coyuntura que rige la política internacional de nuestros días parece difícil sostener una tesis contraria a la hegemonía estadounidense. Sin embargo, Jorge Verstrynge, sociólogo de guerra y especialista en análisis de política comparada, presenta un metódico recorrido en torno a las variables que hacen de EEUU un país quebradizo e incapaz de hacer frente a la emergencia de cada vez más movimientos antisistema. Con la caída de la URSS, todo cambiará, «la tenaza ya sólo tendrá un maxilar» (Alain de Benoist). La desaparición del telón de acero abre el camino a la colonización unipolar. EEUU logra a través de la economía y de su poderío militar imponer al resto del mundo un crecimiento siempre acorde a sus propias necesidades. Pero son multitud de subsistemas los que comienzan a desarrollarse en antítesis al sistema norteamericano. Si bien ya no podemos hablar de dos gigantes entre los que existe un enfrentamiento directo, sí podemos hacerlo en cuanto a una nueva reconfiguración aritmética de la lucha y el combate: la guerra declarada por Al Qaeda, supone un revés a las teorías polemológicas conocidas hasta el momento, hablamos de la guerra asimétrica, la guerra deslocalizada, con nuevas y poderosas armas de difícil destrucción como son los «voluntarios de la muerte» o el «terrorismo mesiánico».
Jorge Verstrynge ha sido un personaje verdaderamente singular en la política española. Su padre –de nacionalidad belga– era fascista y pro-nazi. Al fallecer éste y contraer su madre (española) segundas nupcias, su nuevo padre (español) era un convencido comunista. Ambos padres ejercieron cada uno en su momento su influencia, y quizá como resultado de ello el primer Verstrynge se reconocía como nacional-bolchevique, oscilando en sus juveniles años de formación entre derecha e izquierda en función de sus circunstancias personales. Cursó estudios de doctorado en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, siendo un alumno brillante que captó la atención de uno de sus profesores, Manuel Fraga. De la mano de Fraga fue una pieza fundamental en la creación en la Transición de Reforma Democrática, un partido de centroderecha, embrión de Alianza Popular, partido este que se renovaría para dar forma al Partido Popular. Candidato a la alcaldía de Madrid frente a Tierno Galván, su figura creció hasta considerarse como el sucesor natural de Fraga y futuro candidato a la Presidencia de Gobierno. Sin embargo, su llamativa evolución ideológica –un tránsito desde la derecha posfranquista a la izquierda socialdemócrata, e incluso más allá– le dejó fuera del juego político. Ingresó en el Partido Socialista como militante de base, y posteriormente tuvo un papel en la fundación de Podemos, un partido liderado por varios de sus ex-alumnos.