De militante y luego Secretario General del partido más importante de la derecha a activista izquierdista en la calle y en los medios: esta es la trayectoria que ha recorrido en estos últimos años Jorge Verstrynge. Una trayectoria a contracorriente de lo habitual.
Verstrynge, profesor en la Facultad de Ciencias Políticas de la madrileña Universidad Complutense, no es el clásico intelectual de izquierda que se encierra en su torre de marfil. Ni el paniaguado que aspira a un confortable sillón en las instituciones. Pisa la calle, corta el tráfico, protesta a voz en grito contra los recortes y las injusticias, acude a los debates televisivos donde dice las cosas que pocos se atreven a decir. Y escribe un diario. Este Diario de la rebelión, en el que además de sus reflexiones, detalla, día a día, su lucha y la de todos contra la explotación, la opresión, el recorte de derechos y libertades, la manipulación y la mentira.
Jorge Verstrynge ha sido un personaje verdaderamente singular en la política española. Su padre –de nacionalidad belga– era fascista y pro-nazi. Al fallecer éste y contraer su madre (española) segundas nupcias, su nuevo padre (español) era un convencido comunista. Ambos padres ejercieron cada uno en su momento su influencia, y quizá como resultado de ello el primer Verstrynge se reconocía como nacional-bolchevique, oscilando en sus juveniles años de formación entre derecha e izquierda en función de sus circunstancias personales. Cursó estudios de doctorado en la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid, siendo un alumno brillante que captó la atención de uno de sus profesores, Manuel Fraga. De la mano de Fraga fue una pieza fundamental en la creación en la Transición de Reforma Democrática, un partido de centroderecha, embrión de Alianza Popular, partido este que se renovaría para dar forma al Partido Popular. Candidato a la alcaldía de Madrid frente a Tierno Galván, su figura creció hasta considerarse como el sucesor natural de Fraga y futuro candidato a la Presidencia de Gobierno. Sin embargo, su llamativa evolución ideológica –un tránsito desde la derecha posfranquista a la izquierda socialdemócrata, e incluso más allá– le dejó fuera del juego político. Ingresó en el Partido Socialista como militante de base, y posteriormente tuvo un papel en la fundación de Podemos, un partido liderado por varios de sus ex-alumnos.