CAMP, JIM
Cuando negociamos bajo presión, ya sea por la necesidad de solucionar problemas, alcanzar objetivos de venta o sentirnos valorados, personal o laboralmente, tendemos a aceptar condiciones que no nos benefician sólo para llegar a una solución rápida. Lo que no se tiene en cuenta es que el coste real de este compromiso es mucho más alto de lo que creemos.