PULGAR, FERNANDO DE / FERNANDO DE PULGAR
El volumen 14 de la BCRAE reúne los dos títulos más señalados de Fernando del Pulgar: Claros varones de Castilla, galería de veintiuna semblanzas literarias de destacados personajes de la corte de Enrique IV, y las Letras, colección de muy variadas cartas dirigidas a diferentes corresponsales en las que el autor discurre sobre toda clase de asuntos y que, consideradas ?como Claros varones? un modelo de estilo, tuvieron ?al igual que aquéllos? un sostenido éxito editorial en el Quinientos.
En su dedicatoria a la reina Isabel, Pulgar define con claridad el propósito de su galería de retratos, dejando clara la raigambre clásica de su inspiración: «Yo, muy excelente reina y señora, criado desde mi menor edad en la corte del rey, vuestro padre, y del rey don Enrique, vuestro hermano, movido con aquel amor de mi tierra que los otros hobieron de la suya, me dispuse a escribir de algunos claros varones, perlados y caballeros, naturales de vuestros reinos, que yo conocí y comuniqué, cuyas hazañas y notables hechos, si particularmente se hobiesen de contar, requería hacerse de cada uno una gran historia. Y por ende, brevemente, con el ayuda de Dios, escribiré los linajes y condiciones de cada uno y algunos notables hechos que hicieron, de los cuales se puede bien creer que en autoridad de personas y en ornamento de virtudes y en las habilidades que tovieron, así en la ciencia como en las armas, no fueron menos excelentes que aquellos griegos y romanos y franceses que tanto son loados en sus escrituras»
Fernando de Pulgar trabajó sucesivamente en la corte de Juan II de Castilla (que reinó entre 1406 y 1454) y en la de su sucesor, Enrique IV (1454-1474), en la que fue nombrado secretario real y consejero de Estado, confiándosele importantes misiones y embajadas en Roma y en París, así como la educación de varios nobles. Ya se había retirado cuando fue llamado de nuevo a la corte para que ejerciera de cronista real de los Reyes Católicos. Hombre de amplia formación humanista, sus muy influyentes trabajos como historiador entre los que destaca su incompleta Crónica de los Reyes Católicos destacan por la bondad y la elegancia de su prosa. Pero el ingenio y el humor de Fernando de Pulgar hicieron de él, además, un personaje popular, al que se atribuían toda suerte de refranes, consejas y apotegmas. Falleció hacia el año 1492.