FLORENSKI, PÁVEL
Acusado de dirigir una inexistente organización contrarrevolucionaria, Pável Floreuski (filósofo, científico, poeta y teólogo, una de las figuras más brillantes de la cultura rusa del siglo XX) es condenado en 1933 a diez años de prisión, dentro de una de las tristemente habituales purgas de Stalin. Durante todo el arresto en el Extremo Oriente primero y en el llamado «infierno de las Solovki» después, hasta su ajusticiamiento en diciembre de 1937, mantuvo una incesante correspondencia con su familia. Estas cartas son un documento excepcional, que recoge buena parte de su pensamiento. En ese epistolario se entreveran memoria y pensamiento, meditación y vivencia, conocimiento y humanidad, en uno de los testimonios más sinceros, conmovedores y dramáticos de una época terrible. Preceptos de vida, reflexiones de insondable profundidad, conside raciones estéticas y juicios literarios de asombrosa enjundia se suceden sin solución de continuidad, enhebrados con la intención evidente de enseñar el arte de la vida, «el más arduo y esencial de todos», como escribe Florenski el 20 de abril de 1937, pues «la vida vuela como un sueño y ningún instante se repetirá como tal»
Pável Florenski (1882-1937) pertenecía a un género extraño de hombre universal. Su itinerario intelectual se inició en el mundo de la ciencia -se graduó en el departamento de Física de la Universidad de Moscú en 1904-, pasó luego por la filosofía, las matemáticas o la historia del arte y, aunque terminó finalmente en el de la teología, mantuvo siempre abiertas todas y cada una de estas puertas. Con la llegada de la Revolución, se enroló en la nueva academia del VKhUTEMAS, donde impartió sus clases de perspectiva junto a grandes maestros del constructivismo como Rodchenko y Stepanova. En 1933 fue arrestado, acusado de conspiración y entró preso en un gulag de Siberia, donde sería ejecutado cuatro años más tarde.