El joven Octave de Saville no soporta la vida si no ha de poseer la belleza angelical de la joven Prascovia, esposa del bello conde Labinski, y recurre a los poderes mágicos de un viejo doctor versado en magias de la India, quien intercambia los cuerpos y las almas del marido y del amante. No es el triunfo del Bien (la pureza angelical de la protagonista) lo que gritan estas páginas, sino la belleza formal. “El Bien ― decía Baudelaire― es la base y el objeto de las investigaciones morales. Lo Bello es la única ambición, la meta exclusiva del gusto”. Lo Bello, en Avatar, está por encima del Bien. Gautier no amó más que lo Bello, su fatum. La influencia de Théophile Gautier en el Modernismo es esencial, y los estudiosos de Rubén Darío tienen en Avatar un texto clave para comprender la génesis renovadora de la prosa de Azul...
Théophile Gautier (Tarbes, 1811-Neuilly-sur-Seine, 1872) fue maestro de la generación romántica e inspirador de poetas, entre los que se encontraba Baudelaire. Desde muy joven demostró su aversión por el academicismo literario y volcó su entusiasmo sobre Villon, Rabelais y los llamados «malditos». Escribió novelas por entregas, artículos y críticas en distintos diarios y revistas, además de libros de viajes y relatos cortos.