héophile Gautier, padre del parnasianismo y del principio del «arte por el arte», mostró toda su vida una predilección por el género fantástico. La imaginación romántica que impregnó su juventud le prestó algunas de sus inspiraciones: las apariciones, el mundo de ultratumba, el vampirismo, el diablo, el tema del doble, la indiferenciación entre el estado de sueño y el de vigilia Sus cuentos se desarrollan en escenarios reconocibles castillos nórdicos, el antiguo Egipto, las ruinas de Pompeya pero también en algunos poco comunes como la época rococó, donde los elementos sobrenaturales se mezclan inusualmente con la aventura galante. En casi todos ellos se narra la iniciación de un joven al amor, en la que el «alma, liberada de su prisión de barro, flotaba en lo vago y lo infinito» y la materialización subyugante de la mujer idealizada, inalcanzable, que supera incluso lo soñado, le deja con la melancólica sensación de que ya no habrá, después de ese contacto fantasmagórico, felicidad para él en la tierra. La muerta enamorada y otros relatos fantásticos (1831-1852) reúne siete magníficos ejemplos de «fascinación inexplicable», siempre tortuosos pero no exentos a veces de cierto tono burlesco, combinado con un deslumbrante talento para la creación de imágenes poéticas.
Théophile Gautier (Tarbes, 1811-Neuilly-sur-Seine, 1872) fue maestro de la generación romántica e inspirador de poetas, entre los que se encontraba Baudelaire. Desde muy joven demostró su aversión por el academicismo literario y volcó su entusiasmo sobre Villon, Rabelais y los llamados «malditos». Escribió novelas por entregas, artículos y críticas en distintos diarios y revistas, además de libros de viajes y relatos cortos.