«Cuando ella perdía la fe en las relaciones humanas solía ir a su jardín y allí encontraba entre las flores una paz que no le proporcionaban los hombres ni las mujeres.»
La novela más popular de la autora de Una habitación propia.
Virginia Woolf es una de las autoras más relevantes de la literatura del siglo XX.
Clarissa Dalloway es una mujer de cincuenta y dos años de la alta sociedad londinense, casada con un diputado conservador del parlamento británico y madre de una hija adolescente. Un día de junio de 1923, se prepara para dar una fiesta en su casa aquella misma noche. Allí se rencontrará con amigos que hace muchos años que no ve. Mientras pasea por las calles londinenses ultimando los preparativos, Clarissa se encuentra inmersa en sus propios recuerdos y examina las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida, como su romance de infancia con Peter Walsh.
Pasado, presente y futuro se entretejen en este relato que, a través de las complejas vidas interiores de sus personajes, consigue explorar los límites de la experiencia humana. Por su narrativa cargada de lirismo, capaz de reseguir con maestría los monólogos interiores de los protagonistas, y su reivindicación de la condición femenina, La señora Dalloway se ha convertido en una de las novelas más revolucionarias e imprescindibles del siglo XX.
Virginia Woolf nació en Londres en 1882. Hija de un erudito eminente, a su formación contribuyó en gran medida el ambiente familiar, frecuentado por personalidades artísticas, literarias y políticas. Viviendo ya la autora con su hermana, tras la muerte de su padre, los asiduos de su casa en Bloomsbury eran tenidos por detentores de una auténtica dictadura intelectual sobre el país. En 1912 se casó con el economista Leonard S. Woolf, y juntos fundaron con escasos medios la editorial Hogarth Press, que presentó escritores entonces desconocidos como Katherine Mansfield y T. S. Eliot y desempeñó un importante papel en la literatura inglesa de entreguerras. Tras sus primeras novelas, la autora quiso romper con los cánones tradicionales y se situó con El cuarto de Jacob (1922) en la corriente del monólogo interior y del fluir de la conciencia. A ésta siguieron obras cada vez más ambiciosas como La señora Dalloway (1925), Al faro (1927), Orlando (1928), Las olas (1931) o Los años (1937), con las que se consagró como una de las figuras más representativas de la novelística inglesa experimental. Sus artículos y ensayos críticos están en parte reunidos en dos volúmenes del Common Reader (1925-1932). Aterrada por la idea de la locura, que al parecer unos posibles síntomas le hicieron presentir, Virginia se ahogó, en 1941, cerca de su casa de Lewes.