NOE CASADO
Mi relación con Ezra fue igual que un cóctel de frutos secos: cuando abres la bolsa, te prometes a ti misma que te comerás únicamente lo que te gusta y tirarás a la basura esos garbanzos tan duros que solo meten para rellenar. Aunque al final te sorprendes, pues acabas con todo, con lo bueno y con lo malo.
Del mismo modo acepté a Ezra, un hombre que representaba cuanto yo aborrecía y que, además, se jactaba de ello.
Y pasé por alto las señales e hice oídos sordos a sus advertencias de que no era tan solo el típico malote que fumaba a escondidas en el instituto, robaba en los supermercados o falsificaba las notas.
Ezra hacía mucho daño a quienes él decidía, en especial a las mujeres. No le temblaba el pulso para mantener su posición dentro de un mundo sórdido.
Yo fui testigo de ello.
Intenté huir.
Y a punto estuve de lograrlo.
Sin embargo, debería haberme alejado antes.
Nací y vivo en Burgos. Me aficioné a la lectura en cuanto acabé el instituto y dejaron de obligarme a leer. Empecé con el género histórico, y un día de esos tontos me dejaron una novela romántica y de ahí, casi por casualidad, terminé enganchada... ¡Y de qué manera! Vivía en mi mundo particular hasta que Internet y diversos foros literarios obraron el milagro de dejarme hablar de lo que me gusta y compartir mis opiniones con los demás. Mi primera novela, Divorcio (El Maquinista), vio la luz en junio de 2011 y desde ese momento no he dejado de escribir. Uno de mis microrrelatos, titulado «Puede ser», ha sido incluido en 100 minirrelatos de amor... y un deseo satisfecho (Éride Ediciones), publicado en febrero de 2012. Mi segunda novela, No me mires así (Editora Digital), se editó en formato digital en marzo de 2012