El autor de Visiones y visitas de Torres con don Francisco de Quevedo por la Corte es Diego de Torres Villarroel. Era hijo de un librero, estudió con una beca en la Universidad de Salamanca y llevó una vida de aventuras. Fue militar, buhonero, diácono, autor y editor de almanaques astrológicos. Firmaba con el seudónimo de El Gran Piscator de Salamanca, catedrático de matemáticas, exorcista y, finalmente, sacerdote.Francisco de Quevedo influyó en su obra literaria, y en su visión critica de la sociedad de su tiempo. Por esta razón, Torres lo resucitó a principios del siglo XVIII en Sueños morales, visiones y visitas de Torres con Don Francisco de Quevedo por Madrid.
Diego de Torres Villarroel nació en Salamanca en 1694 y, a pesar de su vida andariega y cortesana, estuvo estrechamente vinculado a su ciudad natal, en particular a la Universidad. Hijo de librero, su padre lo empujó a la vida eclesiástica, que solo abrazaría en la madurez. A los veinte años se escabulló a Portugal y en 1718, ya de regreso, se graduó de bachiller en Artes y empezó su desempeño universitario. Ese mismo año publicó el primero de sus almanaques astrológicos, género que cultivaría de manera constante hasta 1766, casi siempre con el pseudónimo de Gran Piscator de Salamanca, y que le procuró fama, influencia y notable rédito económico. Residió en Madrid entre 1720 y 1726 y se relacionó con los principales círculos cortesanos. Durante esos años amplió y completó estudios médicos, pero no llegó a ejercer nunca esa profesión. Ganó la cátedra de Matemáticas a finales de 1726, aunque regresó reiteradamente a Madrid. En 1731, tras un episodio polémico que lo llevó a Francia, fue desterrado a Portugal, donde permaneció hasta su perdón a finales de 1734. En 1745 se ordenó de sacerdote. Como escritor, exploró géneros tan diversos como la poesía, el teatro, la hagiografía, la literatura epistolar, la devota, el ensayo, el tratado científico, la narrativa de ficción o el costumbrismo. En 1752 recopiló sus obras en catorce volúmenes de suscripción pública, encabezada por la familia real. Tras su jubilación de la Universidad siguió colaborando con esta y fue administrador de las propiedades de los duques de Alba en Salamanca, donde murió en 1770.