ANGOT, CHRISTINE / N (Ilustración)
La autora ha escrito esta breve novela como se saca una foto, sin respirar, buscando la precisión, captando el instante. No tardamos en darnos cuenta al leerlo de que el texto posee en sí mismo el poder de suscitar sentimientos a los que la angustia no es ajena. Provoca el sobrecogimiento a través del cual reconocemos uno de los poderes de la literatura: conferir a las palabras todo su poder explicativo y figurativo. Es como si Angot levantara ese velo no para asustarnos, sino a fin de que veamos y comprendamos.
«Un texto asombroso, una experiencia de lectura extraordinaria. En el instante de cerrar este breve volumen, tenemos la certeza de haber leído un libro inmenso» (Sylvain Bourmeau, Libération).
«Un texto poderoso, que lleva la prosa hasta los límites de lo que puede ser dicho» (Nelly Kaprièlian, Les Inrockuptibles).
«La escritora explora a fondo la perversidad de su padre. Una historia implacable y alucinante... Un libro duro, metálico, que nos atrapa hasta el final. Sin duda, el mejor que ha escrito hasta la fecha» (C. Ono-dit-Biot, Le Point).
Christine Angot (nacida Pierrette Marie-Clotilde Schwartz en 1959) es autora de numerosas novelas y obras de teatro que la han convertido en una escritora incontournable, indispensable y controvertida. Ha obtenido numerosos premios, como el France Culture o el Flore. Entre sus novelas destaca El incesto, que causó conmoción en 1999, pero fue con Una semana de vacaciones, en 2012, cuando se desató una gran polémica y fue galardonada con el Premio Sade. La autora rechazó ese galardón con las siguientes palabras: «La imagen de ese premio, corresponda o no a la obra del Marqués de Sade, está en contradicción total con el libro que he escrito.» Patricia de Souza en El País escribió: «Angot perturba porque ha borrado la distancia que existe entre el autor y su obra y emplea el Yo en el límite del presente indicativo: yo digo, yo suscribo y firmo, sin contemplación, como dice ella. George Steiner escribió en Extraterritorialidad: "La vida es un alumbramiento, de una forma más o menos acabada, del yo potencial." En ella es una performance lingüística por medio de la autoficción, neologismo que desea implantar la validez de un Yo que se dice y se busca a través de las palabras.»