Después de dos décadas escribiendo, Una puerta al río. obra de madurez situada en la Norteamérica de los años cincuenta y primeros sesenta, es posiblemente el libró que Barry Gifford estaba destinado a escribir. Un mosaico de recuerdos. obra de la imaginación, cuyo paisaje es el de un mundo turbulento, relato de una infancia y adolescencia inequívocamente americanas, visto con los ojos y la mirada perpleja e inocente de Roy, un niño de siete años. Como en los ríos Mississippi de Mark Twain y Big TwoHearted de Ernest Hemingway, encontramos en el Chicago de Gifford, en su Nueva Orleans, en las carreteras y caminos del Sur y del Medio Oeste, las sorprendentes vidas de personas perdidas en el caleidoscopio de la Norteamérica de posguerra, en especial la desorientada y decepcionada madre de Roy y su maleante padre. Una puerta al río completa la fascinante y fundamentalmente autobiográfica historia iniciada con Wyoming y El padre fantasma, con la que el autor ganó el Christopher Isherwood Foundation Prize for Fiction en 2006.
Barry Gifford nació en 1946 en Chicago. Hijo de un hombre que se ganaba la vida por medios harto dudosos, pasó gran parte de su infancia en diversos hoteles de distintas ciudades. Estudió poco más de un año en la Universidad de Missouri, que abandonó para dirigirse a Europa, donde ejerció los oficios más dispares. Tras regresar a los Estados Unidos, se instaló en la Costa Oeste, donde publicó su primera novela, A Boy's Novel, y varios libros de poemas. Fue uno de los fundadores de la Black Lizzard Press, que rescató del olvido a los más grandes escritores de novela negra americanos de los años cuarenta y cincuenta. La novela que le lanzó a la fama fue La historia de Sallor y Lula (Corazón salvaje), publicada en castellano por Alianza, que fue llevada al cine por David Lynch.