Clara Werner, bióloga francesa de 23 años, llega a la ciudad de Bergen, al Instituto Oceanográfico de Noruega, para trabajar en el estudio de las mareas y su relación con el nivel cero del mar. Este viaje hacia el Norte, cerca del límite terrestre del polo, es para ella la última etapa de la huida que ha emprendido intentando dejar atrás los rastros de la violencia que ha habido en su vida. A su llegada, la aparición de unos eccemas sobre su piel le hace acudir a un masajista que se autodefine como afinador de cuerpos. Éste tratará de ajustar sus músculos y sus vértebras, consciente de lo difícil que es afinar el cuerpo de una mujer que no se quiere. Clara lleva sobre su piel las huellas de un pasado lleno de heridas y cicatrices provocadas por el trato violento de su marido y por una infancia marcada por la relación con una madre fría y distante. Pero tanto como las heridas y los golpes que ha recibido pesan sobre su cuerpo y su ánimo los afectos y la confianza que nunca llegó a tener. En este refugio en el frío Norte conocerá también a otro hombre, un pintor alcohólico y medio retirado que la enfrentará a su propio cuerpo y a su belleza. Estos dos hombres, cada uno a su manera, intentarán comprender la geografía secreta de Clara, refugiada en el deseo de no ser más que una sombra, invisible a los demás y a sí misma. En Un territorio frágil, Éric Fottorino describe con sensibilidad y total transparencia el cuerpo marcado de una mujer que ha sido devastado por las más profundas heridas: la violencia de tus seres más cercanos y la destrucción de la confianza en uno mismo. Los cuerpos, como cualquier territorio, muestran sobre su superficie las marcas, cicatrices o grietas que ha ido dejando el pasado.
Éric Fottorino es escritor y fue director del periódico Le Monde. Es autor de Baisers de cinéma (premio Femina 2007), L?homme qui m?aimait tout bas (Gran premio de las letras Elle 2010) y Questions à mon père.
