Bucear en la historia de la medician, no en la cronología de sus sucesos, sino en la dirección de sus orientativas, puede ayudarnos a desarrollar una adecuada labor terapéutica en un marco de ciencia no conciencia, que dirija su mirada, no a fuentes de estímulos exteriores, sino hacia el interior olvidado de cada persona, que es donde yacen las verdaderas llaves de la salud y la enfermedad. Si este libro logra despertar el interés por abrirse al encuentro con los pacientes, habré cumplido mi objetivo.