CABRERIZO, FELIPE / AGUILAR, SANTIAGO
Los codornizólogos Santiago Aguilar y Felipe Cabrerizo se unen en este proyecto único. Un ensayo que rastrea la génesis de Un bigote para dos, la película perdida que Tono y Mihura estrenaron en los años cuarenta, un experimento desopilante en plena posguerra española, resultado de la deconstrucción de una opereta austriaca para, mediante el doblaje, dotarla de un sentido completamente nuevo y profundamente transgresor. Se nos revela aquí el origen del canibalismo cinematográfico nacional, que enfrentó a Tono y Mihura con Jardiel Poncela y que supuso un hito con h para la comedia española, cuya herencia posterior la encontramos en Buero Vallejo, Jesús Franco o Luis Berlanga y más recientemente en las las piezas televisivas de ?Retrospecter' y ?Mundo viejuno', concebidas por Joaquín Reyes.
Felipe Cabrerizo (San Sebastián, 1973) es el realizador de Psycho Beat!, ese programa radiofónico de culto con el que desde hace ocho años puede usted menear el bullarengue a ritmo del mejor beat y ye-yé sesentero sin que se haya filtrado jamás en él un tema anglosajón. Puede que sea un proyecto de consolación, porque lo que a él le gustaría hacer es un programa dedicado exclusivamente a Johnny Hallyday que ninguna cadena tiene agallas de acoger, pero la verdad es que le da unas alegrías enormes. Una de ellas, y no la menor, es haberle permitido levantar la colección Libros Psycho Beat!, que arrancó hace dos años con Gainsbourg: Elefantes rosas (2016), escrito por él mismo, y que tuvo continuidad con las memorias de Françoise Hardy La desesperación de los simios... y otras bagatelas (2017). Este Johnny Hallyday: A toda tralla es la tercera entrega y amenaza con estar preparando ya una cuarta. Cuando no está embarcado en estos líos, se dedica a hacer cosas caudalosamente remuneradas. Escribe, traduce y busca libros por lugares recónditos, programa salas de cine y festivales, da clases, pincha discos, escribe artículos en prensa y libros colectivos e incluso es uno de los realizadores del programa Música para autos de choque. Y mientras intenta llegar a fin de mes con tanto disparate reconstruye pacientemente la biblioteca de Alejandría en su piso de cuarenta metros de Lavapiés.