BONET, JOSÉ VICENTE
Hay una manera de entender a Dios y su relación con los seres humanos que inclina a éstos a sentirse «gusanos indignos», en lugar de hijos dignísimos del Padre. Una perniciosa «teología» que se articula en forma de creencias más deshumanizadoras que liberadoras. «Ama al Señor tu Dios... y ama a tu prójimo como a ti mismo», leemos en el capítulo 10 de Lucas. Nuestra felicidad depende del equilibrio entre esos tres amores Dios, el prójimo y uno mismo. Autoestima y evangelio no son incompatibles, sino todo lo contrario