Ésta no es una antología objetiva, sino subjetiva. En otras palabras: no se ha pretendido seleccionar los mejores poemas, sino los poemas preferidos. Por eso el título tiene una cierta frialdad numérica: sesenta poemas. No los sesenta mejores. Simplemente sesenta. Eso sí, los sesenta que, casi sin vacilación, prefieren, a la vez, quienes los han recopilado.