En este breve y atrayente libro, el autor nos enfrenta al problema de la conciencia. Y lo hace desde dos puntos de vista: Como un intento implícito, peculiar e integrador, de recuperar para la psicología un enfoque fenomenológico que le permita entender y explicar lo que el sujeto siente en su interior. Con la pretensión de que, al repasar sus páginas, cualquier persona lega en la materia pueda conocer algo más de sí misma. Ese objetivo se persigue describiendo el proceso de formación del yo de una forma sencilla y asequible a cualquier lector interesado. Como señala en la introducción, su autor trata de transmitir que la vida es una oportunidad para ampliar la conciencia, aprender y tener otro modo de conocerse mejor. Pretende asomarse a algunos de los autoesquemas más generales que configuran el yo, con especial referencia a la influencia de la sociedad en el modo de pensarse y sentirse a uno mismo. Todos somos distintos pero, paradójicamente, la vida en común nos iguala más de lo que pensamos, incluso en los esquemas más interiores que definen nuestra individualidad. El texto termina perfilando una conciencia abierta, plena y lúcida, definida por el autor como Integral, e invitando al lector a trabajar por conseguir desvelarla en sí mismo.
