ANTONIO CASTRO DORADO
El siglo XX es el siglo de la Ciencia, la misma que que ha proporcionado los grandes avances tecnológicos. La Ciencia, entendida como el conocimiento de nuestro entorno natural y social, es el bien más preciado de la humanidad. Aunque no es un bien en crisis, es preciso reflexionar sobre su uso y sobre los límites éticos de ciertos desarrollos tecnológicos. Al alto coste de los programas espaciales, y su dudosa utilidad a corto plazo para mejorar la calidad de vida el desarrollo social, se suma la incapacidad de la Ciencia para erradicar el hambre y la injusticia en el mundo. Es preciso mantener y promover la confianza que la sociedad deposita en la Ciencia y, a la vez, mantener y promover la ilusión que los jóvenes investigadores deben poner en su trabajo.