Me gusta pensar nos dice Octavio Gómez Milián, que creo en la belleza de las cosas, en las pieles de las mujeres, en la penúltima y en la última fundación de Buenos Aires. tambien Disfrutaba paseando de Corrientes hasta la Plaza de Mayo y viendo cómo la noche porteña devoraba a sus hijos. Elaboro mis propios panteones y con ánimo animista hago que habiten mis palabras. Soy urbanita, beatnik y existencialista. He comido con Leopoldo María Panero pero prefiero a Michi. Me alimento de la adjetivación exagerada y divina de Francisco Umbral. La vida hay que volcarla sobre la poesía y los versos están para ser leídos en silencio y también cantados. Por eso leo a Cohen y rezo al dios que le suministra las mujeres. Pero como trabajo en el departamento de Investigación y Desarrollo de una papelera asegura Gómez Milián, la mayor parte de mis salmos los escribo en trozos de papel reciclado que guardo en mis bolsillos. Corto y pego las letras hasta que tienen cuerpos agradables. Escribo por diversión pero también por necesidad. Miembro del movimiento Pánico, trato de reservar todos los días algo de tiempo para celebrar la ceremonia de la confusión.