Este libro pretende actualizar el mito de Pigmalión: situarlo en la contemporaneidad, reviviendo su figura de escultor satisfecho y autoenamorado, ideando nuevas relaciones con la literatura y las artes. El mito de Pigmalión estaba destinado a un gran éxito a partir del momento en que la cultura europea empezara a enamorarse de sí misma o, dicho en términos menos narcisistas y más pigmalionescos, desde que los autores tomasen conciencia de la importancia de sus creaciones y orientasen hacia ellas sus deseos amorosos. Hoy Pigmalión es el símbolo del enamoramiento por la propia obra, del cariño al producto del trabajo, del ensimismamiento en la producción que caracteriza a menudo por igual a todo tipo de creadores, desde los artistas hasta los investigadores. Poseía, pues, un punto de narcisismo la formulación del mismo título: Pigmalión o el amor por lo creado. En efecto, lo que menos interesaba eran las evoluciones estrictas de la leyenda de origen grecolatino, siendo el verdadero tema los modos consciente o insconscientemente pigmalionescos que se han producido en la literatura y las artes, en el conjunto del pensamiento, con la voluntad de situar el mito en las actitudes habituales de nuestros autores.