Demos la palabra al propio Bergman : «Todo ocurre entre un sábado y un domingo de finales de julio, y creo que el niño, Pu, tiene entonces unos ocho años. La familia veranea en una casa con bellísimas vistas sobre campos de brezo, un río y bosques. Son muchos : además de sus padres, están Maj (que cuida de los niños y por la que Pu siente un cariño especial), la vieja cocinera Ellen y una joven amiga de la familia llamada Marianne (de quien está enamorado). Pero es a la hermosa madre a quien Pu quiere por encima de todo, aunque la suya sea una relación compleja. En cambio, al niño le cuesta hacer frente a los repentinos cambios de humor y a la inexplicable brutalidad de su padre. Pese a todo consigue reconciliarse, lo cual les cuesta mucho a los dos. ( ) Los padres se pelean con frecuencia. Pero también hay amor, además de tristeza y lágrimas.( ) Para mí estas historias son reales. No me siento capaz de diferenciar lo que en general se considera normal de lo que son mis propios sueños y fantasías.
Ignmar Bergman, cineasta y hombre de teatro sueco, ha pasado a ser ya todo un mito en la historia del cine mundial. Pero pocos son los que saben que se casósiete veces, que tuvo ocho hijos, que mantuvo numerosas relaciones amorosas, algunas célebres, y que se codeó, entre otros, con gente como Greta Garbo, Chaplin o Ingrid Bergman. Y casi nadie sabía antes de leer estas memorias cómo, a muy temprana edad, se instalóel miedo en su alma, cómo descubrió, deslumbrado, el cine, con quéproblemas tuvo que enfrentarse como artista y realizador, cómo amóa las mujeres a quienes más amóy cómo la figura de su padre, pastor luterano, marcógravemente toda su existencia ?y parte de su obra. Al lector le sorprenderácon quéespecial sensibilidad de escritor y con cuánta conmovedora sinceridad ha sabido Bergman narrar éstos y otros episodios de su dilatada vida.