Ingmar Bergman no concibió los escritos que se recogen bajo el título de Cuaderno de trabajo como una obra destinada a su publicación, sino como un diario íntimo de su actividad creadora en el que iba perfilando el modo en el que se desarrollaría el argumento de sus obras cinematográficas.
«El valor de los cuadernos de trabajo no radica tanto en el emblemático nombre de Bergman, en que es el gran cineasta quien escribe acerca de sus películas, sino al contrario, creo yo, lo que ocurre en este libro ocurre por debajo del nombre, fuera de su alcance, y por tanto representa y muestra los procesos creativos per se: ¿Qué es crear? ¿Qué se precisa para crear? ¿Cómo abrir campo para una obra, cómo mantenerlo abierto, cómo ampliarlo? ¿En qué pensar, qué buscar?» (del prólogo de Karl Ove Knausgård).
Ignmar Bergman, cineasta y hombre de teatro sueco, ha pasado a ser ya todo un mito en la historia del cine mundial. Pero pocos son los que saben que se casósiete veces, que tuvo ocho hijos, que mantuvo numerosas relaciones amorosas, algunas célebres, y que se codeó, entre otros, con gente como Greta Garbo, Chaplin o Ingrid Bergman. Y casi nadie sabía antes de leer estas memorias cómo, a muy temprana edad, se instalóel miedo en su alma, cómo descubrió, deslumbrado, el cine, con quéproblemas tuvo que enfrentarse como artista y realizador, cómo amóa las mujeres a quienes más amóy cómo la figura de su padre, pastor luterano, marcógravemente toda su existencia ?y parte de su obra. Al lector le sorprenderácon quéespecial sensibilidad de escritor y con cuánta conmovedora sinceridad ha sabido Bergman narrar éstos y otros episodios de su dilatada vida.