AMAYA VALDEMORO / JULIÁN REDONDO
«Dicen que si al cumplir los 40 te despiertas y no te duele nada, es que estás muerto. Solo tengo 37 y no recuerdo la última vez que no sentí molestias: en las manos, en las muñecas, en las rodillas, en la espalda o en el maldito gemelo derecho; secuelas de miles de batallas. Me duele, me duele y me duele; convivo con el dolor. No obstante, me considero afortunada, una privilegiada; pero tengo el cuerpo hecho una puta mierda por culpa del deporte, eso que me apasiona y que ni siquiera puedo practicar con regularidad porque me lesiono ».
AMAYA VALDEMORO. Alcobendas (Madrid), 1976. Su número, el 13. Ha sido la cuarta máxima anotadora en la historia de los Mundiales cuatro ha jugado y la tercera con más puntos en un partido (39), jugadora revelación y medalla de bronce. En los Juegos Olímpicos de Atenas, donde compitió con el apellido Madariaga en homenaje a su madre, y en los de Pekín obtuvo sendos diplomas. Posee tres anillos de la WNBA, hazaña exclusiva en la historia del baloncesto español.En Europa, con la selección, ganó cinco medallas: tres de bronce, una de plata y el oro de Francia 2013, año de la temida retirada. Amaya ha formado en los mejores equipos del mundo y ha ganado cada año al menos un título. Ha recibido, entre otras distinciones, las medallas de bronce, plata y oro de la Real Orden del Mérito Deportivo. Trabaja en la Federación Española de Baloncesto y en Canal Plus.