Amiga personal de Paul Celan y compañera generacional, Aüslander sobrevivió al holocausto y a partir de la misiva "Todo puede ser asunto poético", desplegó una obra concisa, acerada y de precisión milimétrica con una intensidad y una coherencia poco frecuentes. En Alemania recibió numerosos premios y la Cruz del Mérito en 1984.