En 1918, muy poco después del inicio de la Revolución, la célebre escritora Teffi recibe una invitación a un evento literario en Ucrania. Acepta la propuesta con entusiasmo, sin adivinar que su viaje acabará cuatro años después en París, donde vivirá el resto de sus días en el exilio. En Kiev, ciudad ocupadapor los alemanes, Teffi descubre un hervidero de energía y experimentación artística; pero cuando meses después la ciudad cae en manos de los nacionalistas ucranianos, huye hacia el sur, hacia Odesa, y luego al puerto de Novorosíisk, desde donde embarca finalmente hacia Constantinopla.
Considerada la obra cumbre de Teffi, estas memorias narran el periplo de los últimos mesesde la autora en Rusia y Ucrania y reflexionan con humor sobre lo que significa decir adiós a un mundo. Un viaje frenético en compañía de la gente más variopinta, «personas corrientes y poco heroicas» que, como ella, se enfrentan con terror pero también con humor a los vaivenes de la Historia. El brillante ingenio de Teffi para la sátira y su profunda humanidad han hecho de
Teffi, seudónimo de Nadezhda Alexándrovna Lójvitskaya (San Petersburgo, 1872 - París, 1952), nació en una familia distinguida y muy amante de la literatura. Tanto ella como sus tres hermanas fueron escritoras. Teffi fue una de las autoras más famosas de la Rusia prerrevolucionaria; había incluso caramelos y perfumes con su nombre, y era admirada por personajes tan diversos como Bulgákov, Rasputín, Lenin y el zar Nicolás II. Emigró de la Rusia bolchevique en 1919 y acabó instalándose en París, donde se convirtió en una figura relevante del círculo de escritores exiliados, y donde vivió hasta su muerte. Maestra del relato corto, a lo largo de su vida publicó infinidad de cuentos, piezas teatrales y folletines. Entre sus obras, además de sus cuentos, destacan especialmente sus emblemáticas Memorias (Libros del Asteroide, 2024), en las que relata su salida de Rusia durante la guerra civil y que fueron publicadas por entregas en el periódico Vozrozhdenie, en París, entre diciembre de 1928 y enero de 1930. Tras su muerte, Teffi cayó poco a poco en el olvido, pero el fin de la Unión Soviética llevó al redescubrimiento de su obra.