MORATIEL, VIRGINIA / MARTÍN LÓPEZ, LUCÍA (Ilustración)
El avance de la mujer en todos los campos de la sociedad transformó las estructuras familiares,
dando lugar a distintos roles genéricos de evolución apenas previsible. Ante semejante situación de
desconcierto, este libro analiza críticamente algunos modelos matriarcales vigentes, señalando sus
virtudes y sus vicios. El recorrido se inicia con los mosuo, un pueblo de China, que supo retener la
pureza del ideal gracias a su aislamiento y conseguir un alto grado de satisfacción entre sus
integrantes. La siguiente escala es en México, donde habitan los zapotecas, un grupo indígena de
gran importancia histórico-cultural en la formación de la identidad nacional, que, debido a una fuerte
red de interacción colectiva y una lengua común en pleno vigor, logró mantener las tradiciones
prehispánicas que concedían preponderancia económica y social a la mujer, mezclándolas con
hábitos patriarcales, algunos de ellos atávicos. El destino final se encuentra en España y, por
extensión, en la sociedad del capitalismo global, para considerar un fenómeno cada vez más
frecuente y apenas estudiado: los clanes comandados por una matriarca despótica que utiliza a su
conveniencia criterios patriarcales y matriarcales, según se trate de las relaciones exteriores o
internas de la familia. Como resultado, promueve el machismo y la misoginia, mientras genera la
sumisión de los varones en su propio beneficio, para terminar por destruir psicológicamente a los
miembros del grupo, conduciéndolos a la infelicidad, cuando no a trastornos mentales y a toda
clase de disfunciones. Esta secuencia de clanes matriarcales evidencia que su corrupción se
produce por alianza con el capitalismo, basado desde su origen en fundamentos patriarcales. El
consumismo, la competencia, la depredación de los recursos naturales, la acumulación material
excedente puesta al servicio de la especulación comercial o financiera contradicen los principios del
amor maternal y los valores de afecto, acogimiento, solidaridad y cuidado de los demás que
promueve, y que sólo podrían alcanzarse tras una paciente educación para la libertad. Al
fomentarse la disputa encarnizada en torno a los intereses materiales, también crece el
antagonismo, el deseo de instrumentar y dominar a los demás, lo cual culmina en una situación de
injusticia generalizada, violencia, dolor y frustración, a medida que se implantan la soberbia y el
capricho de los poderosos a fuerza de egoísmo y vanidad.
Virginia López-Domínguez (Buenos Aires, 1954). Filósofa, ensayista, poeta y escritora, estudió Letras en la Universidad del Salvador y Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Es Doctora en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, donde fue profesora titular, impartiendo docencia durante treinta años. Autora de los ensayos La concepción fichteana del amor (1981); Fichte (1993); Schelling (1995) y Fichte: acción y libertad (1995). Traductora de El sistema del idealismo trascendental y Filosofía del arte, ambos de Schelling, además de Antropología e historia de Herder. Colaboradora habitual en revistas especializadas en filosofía, tanto europeas como americanas. En 2008 abandonó la docencia en UCM para dedicarse a la literatura, adoptando el nombre de Virginia Moratiel. Entre sus obras de ficción figuran la novela El Tacuaral (Premio Cáceres 2009) y el libro de cuentos Artimañas. 11 trampas para cazar lectores desprevenidos (2012). Entre sus ensayos en clave feminista, Mirando de frente al Islam (2013) y Madres. Los clanes matriarcales en la sociedad global (2016). Reiteradamente, se ha desempeñado como Profesora Visitante en la Universidad Nacional Autónoma de México, la Michoacana de San Nicolás de Hidalgo y la de Buenos Aires. También ha sido investigadora invitada en el Departamento de Filosofía de las Universidades de Harvard (USA), Oxford (UK) y Freiburg (Alemania).