GUSTAVE FLAUBERT / VICENTE, FERNANDO (Ilustración)
Madame Bovary, del francés Gustave Flaubert, es un clásico de la literatura del siglo XIX, ilustrado en esta ocasión por Fernando Vicente y traducido por Mercedes Noriega. Quién mejor que Mario Vargas Llosa, del que se conoce su entusiasmo y pasión por esta novela y sus personajes, podía prologar esta obra maestra; él, que descubrió Madame Bovary en los cines o, al menos, así él lo recuerda. De eso se trata, de que sea esta la edición que el lector recuerde, la de una novela que en origen se publicó por entregas, en la Revue de Paris desde el 1 de octubre de 1856 hasta el 15 de diciembre del mismo año; y en forma de libro, en 1857. Como escribe Mario Vargas Llosa en su prólogo: «En Madame Bovary ocurren tantas cosas como en una novela de aventuras matrimonios, adulterios, bailes, viajes, paseos, estafas, enfermedades, espectáculos, un suicidio, solo que se trata por lo general de aventuras mezquinas».
Gustave Flaubert está considerado como el introductor del realismo francés del siglo XIX. Su obsesión por el estilo, por la búsqueda del mot juste (la palabra justa), hizo que sus obras, consideradas como escandalosas por la sociedad de su tiempo, lograran un reconocimiento unánime por parte de la crítica y de sus compañeros de letras. Tímido hasta lo patológico y en ocasiones arrogante, Flaubert no se granjeó demasiadas amistades a lo largo de su vida. Su carácter, que podríamos calificar de inestable, le llevó a padecer crisis nerviosas que derivaron en una salud frágil. Flaubert, prematuramente anciano, murió de una apoplejía a los 58 años. Contemporáneo del otro gran genio de la literatura francesa, Charles Baudelaire, Flaubert nos lega una obra deslumbrante que arranca con Madame Bovary (1857), sigue con Salambó (1862), La educación sentimental (1869), La tentación de San Antonio (1874), Tres cuentos (1877) y se cierra, póstumamente, con Bouvard y Pécuchet (1881).