Los Reyes Católicos vivieron, como pareja, en continua tensión por las infidelidades de Fernando. Juana I enloqueció de amor. Carlos V tuvo varios bastardos conocidos, aunque no rompiera su matrimonio con Isabel. la vida privada de Felipe II, llena de amantes y de hijos, contradice su imagen pública de Rey Prudente. se sabe que el casquivano Felipe IV iba a la caza de actrices y de monjas y pobló Madrid de hijos naturales. a su vez, Carlos IV, María Luisa de Parma y Godoy mantuvieron una amorosa «Trinidad en la tierra». en tanto que a Fernando Vil sus cuatro mujeres no pudieron alejarlo de sus incontables aventuras. Su hija, Isabel II, fue una amante insaciable hasta su muerte, rasgo que heredaron sus descendientes, los dos Alfonsos. Pero, ¿qué ocurrió con los hijos e hijas de esas uniones de la realeza? Salvo contadísimas excepciones, nunca fueron reconocidos. El destino de ellas era la reclusión de por vida en un convento: el de ellos, el anonimato. Apenas una de las bastardas tuvo cierta relevancia política, «la perfecta» Margarita de Austria, y alguno de los hombres alcanzó gran prestigio, como Juan de Austria. Mención especial merece don Leandro de Borbón, quien ha conseguido por vía judicial que se reconozca su filiación con el rey Alfonso XIII. He aquí una turbia historia de pasiones e intereses: monarcas de honda religiosidad, obsesionados por el pecado y convertidos en esclavos del sexo. amantes de reyes con el único propósito de enriquecerse. discretas mujeres que servían de recreo a monarcas, cuyos arrogantes hijos buscaban la gloria como generales. reinas enloquecidas por el deseo carnal junto a hombres dispuestos a todo por mezclarse con las corrompidas dinastías... La aproximación a estos personajes y a sus trayectorias vitales constituye hoy un ilustrador complemento de las versiones oficiales, porque arroja nueva luz sobre la personalidad y las actuaciones de esos seres a quienes la suerte de su nacimiento otorgó el cetro y colocó en el trono.
José María Solé Mariño (A Coruña, 1951-Madrid, 2016), licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad Complutense de Madrid, se especializó en el estudio, tratamiento y divulgación de temas de Historia Contemporánea. Desde 1976 colaboró en las revistas Tiempo de Historia e Historia 16 y, a partir de 1985, fue redactor de esta última. En 1998 formó parte del núcleo fundador de las revistas La Aventura de la Historia y Descubrir el Arte. Autor de Los pícaros Borbones, Los reyes infieles y Apodos de los reyes de España -publicados con éxito por La Esfera de los Libros-, realizó la edición de los dos libros de memorias de Leandro Alfonso de Borbón: El Bastardo Real y De Bastardo a Infante de España.