ARAMBURU, FERNANDO
Es difícil empezar a leer las historias en principio modestas, de una engañosa sencillez de Los peces de la amargura, y no sentirse conmovido, sacudido ?a veces, indignado? por la verdad humana de que están hechas, una materia extremadamente dolorosa para tantas y tantas víctimas del crimen basado en la excusa política, pero que sólo un narrador excepcional como Aramburu logra contar de manera verídica y creíble. Un padre se aferra a sus rutinas y aficiones, como cuidar los peces, para sobrellevar el trastorno de una hija hospitalizada e inválida; un matrimonio, fastidiado por el hostigamiento de los fanáticos contra un vecino, esperan y desean que éste se vaya de una vez; un joven recuerda a su compañero de juegos, que luego lo será de atentados; una mujer resiste cuanto puede los asedios y amenazas antes que marcharse... A manera de crónicas o reportajes, de testimonios en primera persona, de cartas o relatos contados a los hijos, Los peces de la amargura recoge fragmentos de vidas en las que sin dramatismo aparente, de manera indirecta o inesperada ?es decir eficaz?, asoma la emoción y, con ella, la denuncia y el homenaje.
Hacía tiempo que Fernando Aramburu quería escribir sobre personajes y escenarios vascos. Y ha esperado hasta intuir cierta madurez como escritor para dejar su particular testimonio literario sobre el espinoso tema de la violencia etarra y sus derivados. Un padre se aferra a sus rutinas y aficiones, como cuidar los peces, para sobrellevar el trastorno de una hija hospitalizada e inválida. un matrimonio acaba fastidiado por el hostigamiento de los fanáticos contra un vecino y esperan que éste se decida a marcharse. un hombre hace todo lo posible para que no lo señalen, y vive aterrado porque todos le dan la espalda. una mujer decide irse con sus hijos sin entender por qué la acosan. A manera de crónicas o reportajes, de testimonios en primera persona, de cartas o relatos contados a los hijos, Los peces de la amargura recoge fragmentos de vidas en las que, sin dramatismo aparente, sólo asoma la emoción a la par que el homenaje o la denuncia de manera indirecta o inesperada, es decir de la manera más eficaz. Es difícil empezar a leer las historias en principio modestas, de una engañosa sencillez de Los peces de la amargura, y no sentirse conmovido, sacudido a veces, indignado por la verdad humana con que están hechas, una materia extremadamente dolorosa para tantas y tantas víctimas del crimen basado en la excusa política, pero que sólo un narrador excepcional como Aramburu logra contar de manera verídica y creíble. La variedad y originalidad de los narradores y de los enfoques, la riqueza de los personajes y sus diferentes vivencias logran componer, a modo de novela coral, un cuadro imborrable de los años de plomo y sangre que se han vivido en Euskadi.
Fernando Aramburu nació en
San Sebastián en 1959. Es licenciado en filología hispánica por la Universidad
de Zaragoza y desde 1985 reside en Lippstadt, localidad alemana donde trabaja
como profesor de español. Considerado ya como uno de los narradores más destacados
de su generación, ha recibido, entre otros, el Premio Ramón Gómez de la Serna
1997 y el Premio Euskadi 2001. En otoño de 2006 se estrenará la película Bajo las estrellas, basada en su novela El trompetista del Utopía.