PARAVICINO Y ARTEAGA, HORTENSIO FÉLIX
La Gridonia es la única pieza dramática que conocemos de Paravicinio y está inspirada en el Primaleón o Libro segundo del Palmerín (1512). La invención de Paravicino, derivada de las comedias a fantasía y los divertimentos cortesanos del siglo XVI, combina elementos de los libros de caballerías, pastoriles y mitológicos, igual que otras invenciones de la época. Sin embargo, en La Gridonia tienen especial importancia la palabra, el vestuario y lo onírico. La acción, regida por la poética de lo maravilloso, la filosofía neoplatónica y la pedagogía religiosa del Barroco, transcurre entre Nápoles, Sanlúcar de Barrameda, Constantinopla y Ormedes, lo cual provoca un vertiginoso cambio de escenas y decorados.
Hortensio Félix PARAVICINO Y ARTEAGA. Hortensio Paravicino y Arteaga (Madrid, 1580-1633), quien incorporó a éste el nombre de Félix cuando tomó el hábito de los Trinitarios, ya escribía poesía mientras estudiaba Derecho en Salamanca y Filosofía y Teología en Ávila. Destinado en el convento madrileño de la calle de Atocha, se dedicó a la predicación y la censura de libros mientras alternaba con los escritores, artistas y nobles de la corte. En aquel ambiente, el Greco lo retrató dos veces (museos de Bellas Artes de Sevilla y Boston). Paravicino se sintió siempre orgulloso de su pluma y de sus pensamientos, como Predicador Real de Felipe III y Felipe IV y como poeta. Fue amigo de Lope, Góngora y Quevedo, entre otros; pero también se vio envuelto en polémicas y altercados tan enconados, a veces, que provocaron la intervención del Rey.