Emily Fox-Seton —que tiene treinta y cuatro años, está sola en el mundo y vive en una pensión de mala muerte— se gana la vida haciendo pequeños recados para damas de la alta sociedad londinense. Pero como es enormemente práctica y tiene muy buen corazón, poco a poco se va convirtiendo en imprescindible. Por eso, una de estas damas le pide que la acompañe a su mansión en el campo, donde debe tener lugar una gran fiesta con la flor y nata de la sociedad inglesa. Allí coincidirá con el marqués de Walderhurst, uno de los solteros más codiciados del país, al que todas las jóvenes de la fiesta intentarán deslumbrar. Pero el marqués no tiene especial interés en casarse. O, por lo menos, eso es lo que creía hasta ahora.
Frances Hodgson Burnett atrapa al lector desde la primera página de esta intrigante novela, con un ritmo in crescendo que se vuelve especialmente inquietante cuando, en la segunda mitad del libro, aparecen unos parientes del marqués que pretendían heredar su fortuna.
Nació el 24 de noviembre de 1849 en Manchester, Inglaterra. La infancia y la juventud las vivió en Inglaterra pero tras la muerte de su padre y la ruina del negocio familiar, emigró a EE.UU. en 1865. Como medio para ganarse la vida empezó escribiendo poemas y relatos cortos. En 1886 escribiría su primera novela, That Lass O'Lowrie's. Con la publicación en 1886 de El pequeño lord se dio a conocer como autora de libros infantiles. Sin embargo el éxito no llegaría hasta la publicación de La princesita en 1905 y El jardín secreto en 1910, completando así su trilogía para niños. Su vida no fue un camino de rosas: se divorció dos veces, de los dos hijos que tuvo perdió al primogénito. Se dedicó, aparte de la literatura a la jardinería, espiritismo y a la teosofía. Murió en 1924.