KAVAN, ANNA
Una nueva era glaciar se extiende por el mundo congelándolo todo a supaso y provocando guerras y migraciones masivas donde aún no ha sumido la vida en su silencio helado. Avanzando a contracorriente de lamuchedumbre que huye desesperadamente de la muerte, un hombre busca ala mujer que ama, una joven pálida de cabello plateado, para ponerla a salvo. Pero ella, delicada, asustadiza y desconfiada, siempre seescabulle de él, convirtiendo la búsqueda en persecución.Publicada en 1967, Hielo, la misteriosa e inclasificable obra maestrade Anna Kavan, crea un mundo apocalíptico, oscuro, angustioso yalegórico. Más allá de todas las interpretaciones psicológicas,medioambientales y feministas que se le han atribuido, esta novela esun viaje al mundo devastado y al asedio constante de la depresión y la adicción a la heroína que la misma autora sufría cuando la escribió.
Anna Kavan nació en 1901, en Cannes, Francia, con el nombre de Helen Emily Woods. Hija única de un matrimonio adinerado, creció viajando entre Europa y Estados Unidos hasta el suicidio de su padre, que la marcó profundamente; fue el primer hecho fatídico de una vida plagada de sufrimiento y asediada por la depresión y las adicciones. Su madre se negó a que estudiara en Oxford, tal y como ella le pedía, y la forzó a casarse con Donald Ferguson, quien había sido su propio amante. Este infeliz matrimonio quedó retratado en su novela Let me alone (1930). Kavan se casó y se divorció dos veces, perdió a su hijo en la Segunda Guerra Mundial, trató de suicidarse en tres ocasiones y pasó largas temporadas encerrada en hospitales psiquiátricos de Suiza e Inglaterra, de los que sacó el doloroso material con el que escribió los relatos que componen El descenso (Navona, 2019). Este fue el primer libro que firmó como Anna Kavan (seudónimo que acabaría asumiendo legalmente); en él aparece por primera vez la atmósfera opresiva y la paranoica figura del perseguidor que llevará a su culminación en Hielo (1967), considerada su obra maestra y con la que obtuvo popularidad a sus sesenta y seis años. El año siguiente a la publicación de Hielo, Anna Kavan murió sola en su casa de un ataque de corazón. Según la policía, en aquella casa había «suficiente heroína para matar toda la calle».