Tengo que alcanzar
tener a mi hijo en brazos como un pepino acobardado
echar hacia atrás la cabeza
y prodigar sonrisas
saludar
al cesto de la costura y las tijeras
donde entre cabezas de alfiler
papá y mamá tienden trampas
y sonreír sonreír
con el cuerpo todo pinzas y el vestido altivo.