JACOB, MAX
Un reloj de oro, comprado por el abuelo Bastien en 1840, es el protagonista de un viaje prodigioso a través de los años. La joya pasa por las manos del señor Lafleur, por las de un muchacho de catorce años que lo revende, por el taller de un pintor y el despacho de un juez de instrucción. A partir de este momento, el Breguet cuesta ya una fortuna, y empieza su carrera internacional. Sirve de cebo a una red de espionaje austrofrancés; de amuleto para los snobs de la Costa Azul; es utilizado en Venecia en una sesión de hipnotismo, entre otras tribulaciones, para acabar bajo un coche. De Montmartre al fin del mundo, Max Jacob utiliza este peculiar viaje para desplegar su extraordinaria capacidad de insuflar ternura, ironía bizarra, mofa y fantasía en una historia con tintes morales y el regusto de la poesía más versátil.
Max Jacob (Quimper, 1876_-_Drancy, 1944) llegó a París desde su Bretaña natal, y allí formó parte del extraordinario grupo vanguardista que se movió alrededor de Apollinaire, Picasso, Modigliani, Juan Gris y el grupo de los cubistas. Bohemio impenitente, se ganó la vida haciendo cartas astrales. En 1944 fue internado en el campo de concentración de Drancy, de camino hacia un campo de exterminio. Pero fue en Drancy donde murió de pulmonía.