Planear una estética plural de la naturaleza es darle a la obviedad del enunciado que se trata de explorar algo parecido a un impulso haciéndolo avanzar por el camino de la complejidad. Esto en primer lugar. Después, hay que pararse a pensar que la articulación de estos dos términos, arte y naturaleza, no sólo implica enlazar la actividad relativa al primero con una imagen o arsenal de imágenes en las que esta segunda se representaría. también es vincularla a un concepto que la significa. ¿Cuál? Lógicamente, la imitación, la mímesis. En otras palabras, habría que intentar una historia de la naturaleza , cuya oportunidad aconsejaría mantenerla en paralelo con la historia del arte . Y si este paralelismo desde luego estético del arte y la naturaleza implica en sus respectivas trayectorias temporales aquella parte de la reflexión estética que explora cada momento histórico con una atención especial en el arte de la mímesis , entonces el objectivo de dicha reflexión será también la naturaleza, que toca ir a buscar allí donde se encuentra efectivamente: en el pensamiento de la época.