El tema de la España isabelina apasionaba a Valle, quien ya lo había tratado con anterioridad en Farsa y licencia de la reina castiza. En los últimos años del reinado de Fernando VII el absolutismo va mitigando su rigor, mientras que en la corte se va formando una vasta intriga alrededor del hermano del monarca, que continúa con la subida al trono de Isabel II tras la derogación de la ley sálica. Todo su reinado será una serie ininterrumpida de conspiraciones, revueltas y camarillas. Dentro de la caricatura de lo que ya de por sí era una «realidad esperpéntica», Valle acierta a utilizar todos los tópicos vigentes, todos los lemas de los partidos, y a componer un mosaico de personajes reales e inventados, a través de la historia de la familia TorreMellada. Una obra protagonizada por las intrigas, el «cabildeo» y las camarillas de una época en la que no faltaron milagros palaciegos ni monjas estigmatizadas. José Manuel García de la Torre, catedrático de literatura Española en Holanda, inicia con LA CORTE DE LOS MILAGROS el estudio del Ruedo ibérico, aportando todas las claves históricas y literarias para la comprensión de este difícil fresco de la realidad española de la época.
Ramón María del Valle-Inclán (1866-1936) colaboró asiduamente en prensa y cultivó la prosa y el teatro, llegando a ser uno de los mayores renovadores de la escena española gracias a su técnica el esperpento. Contrario a la dictadura de Primo de Rivera, motivo por el que llegó a estar encarcelado, ostentó el cargo de conservador general del Patrimonio Artístico y director de la Academia Española de Bellas Artes en Roma durante la Segunda República. El deterioro de su salud le hizo retirarse a Santiago de Compostela, donde falleció en 1936.