Así como la astronomía debe sus orígenes a la astrología sumeria y babilónica, y la química a la alquimia, la moderna ciencia de las plantas curativas se desarrolló a partir los conocimientos Ilegados de los antiguos pueblos del Cercano Oriente. Los herbolarios y médicos de Sumeria, Babilonia, Asiria y Egipto creían que las propiedades curativas del agua, las hierbas y los aceites eran un don de los dioses. Este fascinante estudio, el doctor Wallis Budge, una de las más famosas autoridades sobre Asiria y Egipto, discute el papel de los primeros herbolarios orientales en aquellas antiguas sociedades, la fascinante historia del origen divino de las sustancias vegetales, aceites y ungüentos medicinales que se unieron para conformar lo que hoy conocemos como Herbario griego.
