Publicada en 1915, y considerada una de las grandes novelas del siglo xx, El buen soldado es una obra donde se aplican de manera revolucionaria y magistral la narración en primera persona y los flashbacks cronológicamente desordenados. En la trama de El buen soldado, ambientada en la época inmediatamente anterior a la Primera Guerra Mundial y en la que se abordan el declive y la disolución de dos matrimonios amigos aparentemente perfectos los Dowell y los Ashburnham, tienen cabida muchas cosas y todas ellas convulsas y excesivas: ruina, mentiras, amor adúltero, escándalo, suicidio y locura. No en vano, el título original de la novela iba a ser La historia más triste, título nada gratuito, pues lo que se nos presenta no son sino las cenizas, aún calientes, que han quedado después del incendio que ha arrasado con todo. A eso que llamamos incendio, otros lo llamarían simplemente vida, una sucesión de derrotas y heridas cada vez más profundas, una devastación incontestable en mitad de los fastos y del lujo. La excelencia de la escritura de Ford Madox Ford y el hábil uso del narrador no fiable hacen de este lib
(Merton, Reino Unido, 1873 - Deauville, Francia, 1939) fue un prolífico novelista, poeta, crítico y editor. Nació en el seno de una familia artística, siendo su padre, de nacionalidad alemana, el autor y crítico musical Francis Hueffer, y su abuelo materno el afamado pintor Ford Madox Brown. En 1908 fundó la revista The English Review, en la que publicó los primeros relatos de D. H. Lawrence y escritos de Thomas Hardy, Henry James y H. G. Wells; colaboró además con Joseph Conrad, con quien escribió Los herederos (1901), Romance (1905) y La naturaleza de un crimen (1909). De su producción cabe destacar las novelas El buen soldado (1915) y El final del desfile (1924 - 28).